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Prueba JBL Bar 300: una buena barra de sonido, en buen estado

Prueba JBL Bar 300: una buena barra de sonido, en buen estado

Como mencionamos en la sección Experiencia del usuario, la Bar 300 está configurada con el modo de virtualización envolvente (llamado “Modo inteligente”) habilitado por defecto. Recomendamos encarecidamente apagarlo para optimizar el rendimiento sónico de la barra.

De hecho, con este modo activado, la reproducción de agudos a través de los altavoces laterales mejora claramente. El deseo aquí es mantener los efectos de la sala y extender artificialmente el escenario sonoro mucho más allá de los límites físicos de la barra, pero esto se hace a expensas de una inexactitud real en la ubicación de las fuentes y la restitución de sellos significativamente distorsionados. Por lo tanto, este modo debe evitarse tanto para escuchar música como para contenido televisivo o cinematográfico. En cuanto a la calidad de la virtualización 3D, es decir, tendrá que seguir su propio camino: sin altavoces específicamente dedicados a reproducir canales de altura para los flujos de Atmos, la barra comenzó de inmediato con una desventaja.

Una vez que se deshabilita la virtualización envolvente, el Bar 300 es bastante capaz y muestra un buen equilibrio. El escenario sonoro sigue siendo amplio y la apreciación de los efectos envolventes es mucho más agradable y precisa. Además, la barra sorprende con la energía desbordante que emplea para transcribir los graves, incluso en ausencia de un subwoofer remoto. Las explosiones, así como los impactos, se sienten bien y se agradece el asiento muy cómodo. Sin embargo, los graves y los medios-graves tienden a extenderse un poco sobre el resto de las frecuencias, y su relativa vaguedad le da una atronador a la reproducción de sonido.

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Los medios y agudos se transcriben de forma homogénea, aunque la precisión tampoco es la mejor. Eliminar los agudos extremos puede afectar la reproducción del sonido, ocultando ciertos armónicos que se encuentran en los platillos u otros instrumentos de metal.

La barra muestra una buena dinámica y una sólida reserva de potencia, desafortunadamente empañada por la aparición de fenómenos de distorsión en el rango medio, alrededor de 1,5 kHz. Por tanto, hay que tener cuidado en mantener el nivel sonoro para no “endurecer” y por tanto deteriorar el enlucido.

Por último, el Bar 300 incluye una función de calibración que permite adaptar la reproducción del sonido a las dimensiones y disposición del mobiliario de la estancia. No notamos ninguna diferencia entre antes y después de esta calibración.

Federico Pareja

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