La NASA está considerando el 23 o 27 de septiembre para un posible lanzamiento de su megacohete a la luna.
Luego dos intentos fallidos por problemas técnicos, NASA anunció el jueves 8 de septiembre que podría intentar lanzar su nuevo megacohete a la luna el 23 o 27 de septiembre.
Este ansiado vuelo de la misión Artemis-1, sin tripulación a bordo, deberá probar en condiciones reales el cohete SLS (Space Launch System) y la cápsula Orion en su cumbre, donde estarán los astronautas en el futuro.
La posible ventana de rodaje del 23 de septiembre comenzará a las 6:47 hora local (12:47 hora de París), mientras que la del 27 se abrirá a las 11:37 hora local (17:37 hora de París), dijo Jim Free, alto funcionario de la agencia espacial de EE. UU., durante una conferencia de prensa. Estas fechas se eligieron para evitar un conflicto con la misión DART de la NASA, cuya nave se espera que golpee un asteroide el 26 de septiembre en un intento de desviarlo de su trayectoria. Ambas misiones necesitan usar una red de antenas internacional llamada Deep Space Network.
Sin embargo, las fechas consideradas por la agencia espacial dependerán de una exención especial que la NASA debe obtener para evitar volver a probar las baterías en el sistema de destrucción de emergencia de un cohete si se desvía de su rumbo para dirigirse a un área poblada.
Si la agencia no recibe esta exención, el cohete tendrá que regresar al edificio de ensamblaje, lo que retrasaría el cronograma varias semanas. El lanzamiento es muy simbólico, ya que debería encarnar el futuro de la NASA frente a las ambiciones de China o SpaceX en particular.
escudo térmico
El despegue programado del cohete de la NASA desde el Centro Espacial Kennedy en Florida fue cancelado en el último momento el sábado por segunda vez en una semana, un contratiempo que retrasa el lanzamiento real del programa de regreso a la luna estadounidense Artemisa.
Se detectó un problema de fuga de combustible temprano en la mañana durante las operaciones de llenado de tanques de cohetes. Mike Bolger, funcionario de la NASA, dijo en la conferencia de prensa que la agencia estaba trabajando para reemplazar los sellos para reparar la fuga de hidrógeno líquido ultrafrío. El cohete SLS naranja y blanco, que nunca ha volado antes, ha estado en desarrollo durante más de una década para convertirse en el más poderoso del mundo.
Cincuenta años después de la última misión Apolo, Artemis-1 debería permitir verificar que la cápsula de Orión, en la parte superior del cohete, es segura para transportar astronautas a la Luna en el futuro. Para esta primera misión, Orion se aventurará hasta 64.000 kilómetros detrás de la Luna, más lejos que cualquier otra nave espacial habitable hasta el momento.
El objetivo principal es probar su escudo térmico, el más grande jamás construido. En su regreso a la atmósfera terrestre, deberá soportar una velocidad de 40.000 km/h y una temperatura la mitad de la de la superficie del Sol.
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