Ciencias

Cerca de los primeros primates

Un equipo estadounidense analizó varios fósiles de Purgatorius, el género más antiguo de primates. Estos pequeños mamíferos parecían ratones grandes y probablemente treparon a los árboles. Son la base de este grupo que dio lugar a las especies actuales, incluidos los grandes simios y los humanos.

Aparecido entre los dinosaurios

Purgatorius son cuatro especies de primates diferentes que aparecen en el registro fósil justo después del límite Cretácico / Terciario; marca la extinción de los dinosaurios no aviares y muchas otras especies, hace unos 66 millones de años. Nuevos fósiles, dientes descubiertos en la región de Hell Creek al noreste de Montana, en Estados Unidos, y fechados hace 65,9 millones de años, entre 105.000 y 139.000 años después del desastre de Chicxulub, permiten comprender el surgimiento de los primates.

El estudio se basa en el análisis de estos dientes y que se publica en la revista. Ciencia Abierta de la Royal Society, indica que el antepasado de todos los primates probablemente apareció a finales del Cretácico y vivió junto a grandes dinosaurios. Los nuevos fósiles incluyen dos especies de Purgatorius: Purgatorius janisae y una nueva especie llamada Purgatorius Mckeeveri que se distingue por peculiaridades en la arquitectura de los dientes.

Imágenes de tomografía computarizada de alta resolución de los dientes y mandíbulas del Purgatorio. Crédito: Gregory Wilson Mantilla / Stephen Chester.

Dieta variada

Purgatorius era de tamaño pequeño y tenía dietas muy especializadas. Dependiendo de la especie, comían insectos o frutas que encontraban en sus hábitats forestales. Fueron uno de los primeros mamíferos en diversificarse y ocupar paulatinamente los nichos ecológicos que dejaron libres los dinosaurios. Aproximadamente 1 millón de años después de su desaparición, el Purgatorio abundaba en el Nuevo Mundo del Cenozoico. Conocidos desde hace mucho tiempo por los restos de dientes y mandíbulas, estos primates han comenzado a revelar algunos secretos en los últimos años gracias al descubrimiento de fósiles más completos; los huesos del tobillo, por tanto, mostraron una gran movilidad. Un rasgo que sugiere que pasaron la mayor parte de su vida en los árboles. Estos antepasados ​​lejanos del hombre confirmaron así la famosa máxima de Pascal Picq: «los humanos no descienden del mono, descienden del árbol«

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Prudencia Febo

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