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Investigadores reconstruyen las peregrinaciones de un mamut que murió hace más de 17.000 años

Karen Spaleta, subdirectora de Alaska Stable Isotope Facility, un laboratorio de la Universidad de Alaska Fairbanks, analiza colmillos de mamut.

A los investigadores les gusta dar nombres pequeños a los antepasados ​​cuyos restos examinan. Estaba Lucy el Australopithecus, Ötzi el Hombre de Hielo, ahora aquí está Kik el Mamut Peludo. Kik porque sus colmillos y una parte de su cráneo fueron descubiertos cerca del río Kikiakrorak en el extremo noroeste de Alaska hace unos diez años. Sin embargo, el paquidermo no dio muerte a sus secretos porque, a diecisiete milenios de distancia, un equipo internacional de científicos logró la hazaña de volver sobre sus lejanas peregrinaciones, en un estudiar cubriendo el número de Ciencia con fecha 13 de agosto. Una obra que levanta el velo sobre la forma de vida poco conocida de este emblemático animal prehistórico, cuya especie ahora está extinta.

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Obviamente, Kik no llevaba un registro, pero tenía algún tipo de baliza Argos incorporada, y todo el crédito por este estudio fue para lograr que ella hablara. Tenemos que tomar un pequeño desvío técnico para comprender mejor el sabor de este artículo y el alcance de la tarea realizada. Los investigadores querían confiar en lo que llamamos análisis de isótopos. Los isótopos son formas diferentes del mismo elemento químico, que no tienen el mismo número de neutrones en su núcleo.

Así, entre los diversos isótopos de estroncio, dos son muy interesantes – 86 y 87 – porque la relación entre los dos varía significativamente según la región. “Depende del tipo de geología que tengamos bajo nuestros pies, explica el francés Clément Bataille, profesor asistente de la Universidad de Ottawa y coautor del estudio en Ciencia. Cada región tiene una geología diferente, diferentes rocas y diferentes edades de las rocas. El estroncio de las rocas se transmite al suelo, las plantas que allí crecen y los animales que se lo comen. «

Mapeo de isótopos

Este elemento se fija en las partes mineralizadas del cuerpo (huesos, dientes) y, como presa de elefante tiene la buena idea de crecer continuamente a lo largo de su vida (5 a 6 centímetros por mes en el caso del mamut lanudo), es posible rastrear las idas y venidas de su propietario a lo largo de su existencia. Sin embargo, existen dos condiciones: en primer lugar, tener buenos mapas de las proporciones de isótopos y, en segundo lugar, poder extraer las proporciones de estroncio de las presas con mucha precisión. El geólogo y científico ambiental Clément Bataille planteó el primer requisito al establecer un mapeo de isótopos de estroncio medidos en los huesos y dientes de roedores, que se mueven muy poco, en toda Alaska.

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Federico Pareja

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